Sociedad en Chile: Diversidad, derechos y creencias que marcan la vida cotidiana

La Sociedad, el conjunto de relaciones, normas y prácticas que organizan la vida en comunidad en Chile no es solo un término abstracto. Es lo que pasa en las casas, en los tribunales, en las calles y en las redes. Es lo que decide quién puede llorar a su padre en libertad, quién se siente visto en un censo, y quién sigue creyendo que el martes 13 trae mala suerte. Esta sociedad chilena está cambiando, y no siempre de forma cómoda.

Diversidad, la presencia y reconocimiento de identidades distintas, como las orientaciones sexuales e identidades de género ya no es un tema de fondo. El INE lo entendió y lanzó la Encuesta Web Diversidades, un esfuerzo oficial para recoger datos de la comunidad LGBTIQ+ tras ser ignorada en el Censo 2024. No es solo un formulario. Es una pregunta: ¿nos importa realmente quiénes somos como país? Mientras tanto, figuras como Pablo Herrera encienden debates sobre lo que significa ser cuico, un término coloquial que en Chile refiere a alguien que se identifica con valores tradicionales y una visión nacionalista de la identidad. ¿Es xenofobia o es miedo a perderse? La respuesta no está en los discursos, sino en cómo se vive cada día.

Y no todo es política o identidad. La Sociedad también se mueve por lo que cree, aunque no tenga lógica. El martes 13, un día considerado de mala suerte en muchas culturas latinoamericanas, incluyendo la chilena sigue asustando a gente que nunca leyó a los Templarios ni a Odin. Pero lo cree. Y eso importa. Porque las supersticiones son el reflejo de lo que no controlamos. Igual que el arresto domiciliario de Luis Hermosilla, suspendido para que pudiera despedir a su padre. Allí no hay leyes complejas. Hay humanidad. Y eso es lo que más pesa en esta sociedad: el derecho a doler, a amar, a existir sin ser borrado.

Lo que encontrarás aquí no son noticias aisladas. Son pedazos de una misma historia: cómo Chile se reconstruye, día a día, entre el temor y la esperanza. Entre quien pide ser visto y quien no quiere ver. Entre quien sigue creyendo en los malos augurios y quien lucha por un censo que no excluya. No hay soluciones fáciles. Pero sí hay voces reales. Y eso es lo que te importa.