La Generación Z bloqueó la avenida Abancay en Lima, dejando 18 heridos y desvíos en el Metropolitano, mientras exige la revocación de la reforma de pensiones del Gobierno de Dina Boluarte.
Leer másGeneración Z, el grupo de personas nacidas entre 1997 y 2012 que crecieron con smartphones, redes sociales y crisis económicas constantes. También conocida como iGen, es la primera generación que no recuerda un mundo sin internet. No son solo los jóvenes que usan TikTok: son los que deciden qué marcas valen la pena, qué empleos son dignos y qué políticas merecen apoyo.
Lo que los diferencia no es solo la tecnología, sino cómo la usan. Para ellos, redes sociales no son solo entretenimiento: son herramientas de activismo, de búsqueda de identidad y de conexión real. Vieron cómo sus padres perdieron empleos en la crisis de 2008, cómo las universidades se volvieron caras y cómo el cambio climático ya no es un problema del futuro. Por eso, no confían en las instituciones tradicionales. Prefieren lo auténtico, lo transparente, lo rápido. Y si algo huele a fachada, lo rechazan.
En el empleo, lo que buscan no es solo un sueldo, sino propósito, flexibilidad y respeto. Trabajo remoto, horarios ajustables y políticas de inclusión no son beneficios extra: son requisitos mínimos. Si una empresa no les da eso, se van. Y no lo piensan dos veces. En educación, no quieren memorizar para exámenes: quieren aprender lo que les sirve para la vida real. Por eso, muchos prefieren cursos online, certificaciones rápidas o emprender antes que seguir el camino tradicional.
Lo que ves en las noticias —desde cómo votan hasta cómo consumen— no es casualidad. Es el resultado de haber crecido en un mundo donde la información está al alcance de un clic, pero la confianza está rota. Por eso, cuando una celebridad como Catalina Pulido habla de un veto profesional, o cuando el INE lanza una encuesta para recoger datos de la comunidad LGBTIQ+, ellos están mirando. No por curiosidad, sino porque eso les afecta directamente. Su voz no se escucha en los debates de TV, pero sí en los trending topics, en las campañas de crowdfunding, en las marcas que eligen o rechazan.
Estos son los que están cambiando las reglas sin pedir permiso. No esperan a que alguien les dé una oportunidad: la crean. Y si no encuentran un lugar donde encajen, lo construyen. Lo que pasa en el fútbol, en la política, en la industria del entretenimiento, en la forma en que se vota… todo eso tiene una conexión con ellos. No son el futuro. Son el presente. Y si no entiendes cómo piensan, te quedarás atrás.
En esta recopilación, verás cómo la Generación Z está presente en cada rincón de la actualidad: desde los cambios en el voto hasta las peleas en la farándula, desde los salarios en el fútbol hasta las decisiones de las empresas. No son espectadores. Son actores. Y aquí está la prueba.
La Generación Z bloqueó la avenida Abancay en Lima, dejando 18 heridos y desvíos en el Metropolitano, mientras exige la revocación de la reforma de pensiones del Gobierno de Dina Boluarte.
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