La Patagonia como escenario para una aventura inolvidable
Cuando piensas en Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones, probablemente la cabeza se te va a Hollywood, premios, alfombras rojas. Pero sus hijos, Carys y Dylan, han demostrado que el espíritu aventurero les corre también por las venas, con una escapada a la Patagonia que ellos mismos compartieron con todo lujo de detalles en sus redes sociales.
Carys, de 21 años, y Dylan, de 24, cambiaron los focos y la vida estudiantil y creativa por botas de senderismo. Las fotos que colgaron en Instagram hablan por sí solas: paisajes que parecen irreales, cielos cambiantes y ese aire puro que solo se respira cerca del fin del mundo. En las imágenes aparecen juntos, con las mejillas coloradas por el viento frío y las botas cubiertas de polvo, felices y visiblemente conectados con el ambiente y entre ellos.
Pero este viaje no fue simplemente un destino turístico más en la lista. Carys, quien estudia Cine y Relaciones Internacionales en la Universidad Brown, acompañó las imágenes con la frase “Más momentos de este lugar mágico”, dejando claro que esta experiencia fue, más que una anécdota, algo profundo. Dylan, metido en el mundo de la interpretación y con podcast propio, fue su cómplice durante la travesía. Nada de postureo; lo que transmiten es intimidad y complicidad, lejos de las miradas de la prensa.

Más allá del apellido: pasión por descubrir y crecer
Es fácil pensar que estos jóvenes lo tienen todo hecho por venir de una de las parejas más conocidas del mundo del cine, pero el viaje a la Patagonia demuestra justo lo contrario: buscan vivencias propias y, sobre todo, una conexión auténtica con el mundo.
Lo curioso no es solo lo lejos que han llegado geográficamente, sino ese deseo de empaparse de otras realidades. Mientras Carys se mueve entre el cine y sus estudios universitarios, Dylan prueba suerte con la actuación y explora el mundo del podcast, dos caminos que requieren, como la montaña misma, constancia y pasión.
Durante los días que estuvieron caminando y posando frente a esos paisajes de postal, sus padres mostraron su orgullo, especialmente cuando Michael Douglas posteó tiempo después sobre la visita a la universidad de su hija, señalando la importancia que le dan al esfuerzo académico y personal de Carys. Hay algo refrescante en ver a hijos de estrellas apostar por la naturaleza y el esfuerzo propio, cuando podrían limitarse a la comodidad de una vida ya marcada.
Lejos de la superficialidad con la que muchos asocian a la familia Douglas-Zeta-Jones, este viaje muestra a Carys y Dylan construyendo una identidad más allá de Hollywood, entre hielo, viento y montañas, pero también en ese rincón privado entre hermanos. Disfrutan, comparten, y sobre todo, se recuerdan a sí mismos que las mejores historias a veces se viven lejos del escenario principal.
Escribir un comentario