Shai Gilgeous-Alexander impulsa a los Thunder frente a unos Timberwolves sin respuestas

Pocas veces se ve una exhibición tan dominante en una final del Oeste, y menos cuando los Timberwolves parecían llegar embalados. Sin embargo, nada sirvió ante un Oklahoma City Thunder prácticamente perfecto. Shai Gilgeous-Alexander se mostró imparable, firmando 31 puntos y concretando 20 de ellos apenas en la segunda mitad. Todo el guion cambió tras el descanso, cuando Oklahoma City transformó un partido trabado en una auténtica paliza, cerrando 114-88 el primer asalto de una serie que prometía paridad.

Al principio, Minnesota contuvo la ofensiva rival y logró irse cuatro puntos arriba al entretiempo, en buena medida por el empuje de Julius Randle, quien aportó 14 de sus 28 puntos en el segundo cuarto. Pero la realidad cambió de golpe en la reanudación. Un parcial demoledor de 17-2, liderado por Gilgeous-Alexander, sacó a los Timberwolves del partido. Ni las rotaciones de Chris Finch ni Anthony Edwards —activo detrás en defensa y con minutos importantes— pudieron frenar a un Thunder que acertó en el 61.9% de sus tiros de campo. Esa eficacia contrastó con la frustración de los de Minneapolis, que convirtieron apenas un 38.1% y encestaron solo dos triples en diez intentos.

Domino colectivo y defensa férrea: las claves del Thunder

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El Thunder no fue solo Gilgeous-Alexander. El novato Chet Holmgren volvió a mostrar madurez en partidos grandes, cerrando con 15 puntos y presencia dominante bajo el aro. Jalen Williams aportó otros 19 y elevó la creatividad ofensiva, especialmente cuando la defensa de los Wolves apretó la pintura. El perímetro de Oklahoma City no solo metió todo lo que tiró, también apretó atrás con una defensa agresiva. La dupla de Luguentz Dort y Josh Giddey incomodó a los tiradores de Minnesota y forzó pérdidas claves en el tercer cuarto, cuando la diferencia se disparó a más de 20 puntos.

La noche gris de Anthony Edwards resultó clave. El joven estrella se desgastó defendiendo a Gilgeous-Alexander y terminó lejos de su mejor versión en ataque, encestando por debajo de lo esperado y sin liderar el ritmo ofensivo de su equipo. Julius Randle intentó sostener la resistencia de los Timberwolves, pero el resto de la plantilla no acompañó: ninguna otra figura superó los 12 puntos, y la falta de alternativas se hizo notoria cuando Oklahoma City aceleró el ritmo.

Este primer golpe de autoridad deja al Thunder con ventaja de campo y confianza renovada. El próximo partido, el jueves, será de nuevo en Oklahoma antes de que la serie viaje a Minneapolis. Los Timberwolves tendrán que ajustar mucho y confiar en que su artillería pesada despierte, si no quieren ver cómo las opciones de llegar a las Finales de la NBA se alejan tan rápido como el parcial destructivo que desplegó Oklahoma City este martes.