Semifinales: Lo que pasa cuando el juego se reduce a un solo partido

Una semifinal, es la penúltima ronda de una competencia deportiva donde solo cuatro equipos o jugadores quedan en juego. Also known as penúltima ronda, it es donde se define quién tiene derecho a soñar con el título y quién se queda con el vacío de haber estado tan cerca. No es solo un partido más. Es el momento en que el estrés se vuelve tangible, donde un error puede costar meses de trabajo, y donde los héroes se hacen en segundos.

En el tenis, un deporte donde cada punto cuenta y la fatiga mental pesa más que la física, las semifinales son una prueba de resistencia. Aryna Sabalenka perdió su racha de 20 victorias en Wuhan, pero aún así se mantuvo como número uno mundial. ¿Por qué? Porque en el tenis, ganar no siempre es lo único que importa. A veces, mantener la posición es la victoria más grande. Y entonces está Djokovic, que en Shanghai superó a Hanfmann con el calor apretando y el peso de ser el favorito. Su presencia en semifinales no es casual: es una costumbre. Mientras tanto, en el fútbol, una semifinal puede cambiar el rumbo de un club. El Atlético de Madrid entró al Mundial de Clubes 2025 porque el sistema lo permitió, mientras el Barcelona se quedó fuera. No fue por falta de historia, sino por reglas que no perdonan errores de cálculo.

Las semifinales no solo se juegan en canchas. En las elecciones, el padrón electoral cierra como una puerta que ya no se abre. En Chile, el SERVEL lo hizo, y con él, se cerró la posibilidad de que muchos migrantes votaran. Esa decisión no fue técnica: fue política. Y en la farándula, una semifinal puede ser un enfrentamiento entre Catalina Pulido y Cecilia Bolocco, donde el protagonismo se convierte en el premio más codiciado. Aquí, el ganador no lleva una copa, sino una portada.

Lo que encontrarás aquí no son solo resultados. Son historias de quienes estuvieron a un paso de la gloria, y de quienes se quedaron en el umbral. De jugadores que no pudieron dar el último paso, de equipos que perdieron por un gol, de tenistas que cayeron pero no se rindieron. Son partidos que definieron carreras, decisiones que marcaron años, y momentos que nadie olvidará. Porque en una semifinal, no se juega por el título. Se juega para no arrepentirse nunca.