Estilo Ibicenco: lo que debes saber sobre este diseño de interior tan popular

Estilo ibicenco, un estilo de decoración que nació en la isla de Ibiza y se basa en blancos limpios, maderas naturales y piezas artesanales con alma. También conocido como diseño mediterráneo bohemio, no es solo una moda pasajera: es una forma de vivir que prioriza la calma, la luz y lo hecho a mano. A diferencia de los interiores modernos que buscan ser perfectos y minimalistas, el estilo ibicenco abraza lo imperfecto: paredes con textura, muebles con historias, telas que se desgastan con el tiempo. Es el contraste entre lo rústico y lo elegante, lo simple y lo cargado de significado.

Este estilo no se trata solo de colores blancos y muebles de madera. Isla de Ibiza, el epicentro cultural donde surgió este look, con sus casas blancas, terrazas al mar y atmósferas relajadas es el alma del concepto. Pero lo que lo hace universal es cómo se adapta. En Chile, por ejemplo, muchas personas lo usan para traer luz y tranquilidad a casas urbanas que necesitan respirar. Los techos altos, las ventanas grandes y los pisos de cemento pulido se vuelven aliados perfectos. Y no se necesita gastar mucho: lo clave está en encontrar piezas con carácter, como mesas de madera reciclada, lámparas de cuerda o cojines teñidos a mano.

Muebles artesanales, piezas hechas por manos locales, sin moldes industriales, con nudos en la madera y formas irregulares que cuentan una historia son el corazón del estilo. No buscas algo nuevo de una tienda grande, sino algo que parezca haber estado siempre ahí. Es por eso que este estilo también se conecta con el movimiento de consumo consciente: elegir lo local, lo duradero, lo que no se desecha. En las noticias que encontrarás aquí, verás cómo familias en Santiago, Valparaíso o Concepción están aplicando este estilo sin perder su identidad. Algunos lo combinan con toques andinos, otros con detalles del norte chileno. No hay una regla fija, solo una intención: crear espacios que inviten a descansar, a respirar, a estar.

Si te gusta lo auténtico, lo que no grita pero sí calma, lo que no sigue tendencias sino que las ignora, entonces el estilo ibicenco tiene algo para ti. Aquí encontrarás historias reales de personas que lo han aplicado, de proyectos que lo transformaron, de detalles que lo hicieron único. No son guías genéricas. Son casos concretos, con nombres, lugares y decisiones tomadas. Porque este estilo no se compra: se vive.