Cuartos de final: lo que pasa cuando el fútbol, el tenis y los playoffs lo deciden todo

Los cuartos de final, la fase decisiva donde solo quedan ocho competidores y cada error puede costar el sueño de un campeonato. También conocido como la puerta de entrada a la final, es donde se rompen rachas, se hacen leyendas y se desmoronan expectativas. No importa si es en el tenis, un deporte donde un solo partido puede cambiar el ranking mundial, o en el fútbol, donde un gol en los últimos minutos puede llevar a un equipo a la Copa Libertadores o dejarlo fuera para siempre: en los cuartos de final, no hay margen para equivocarse.

Lo que hace especial esta etapa es que no solo se juega con talento, sino con presión. En el playoffs, la fase final de muchos campeonatos donde cada partido es eliminatorio, los jugadores no solo enfrentan al rival, sino a sus propios demonios. Aryna Sabalenka perdió su racha de 20 victorias en el Wuhan Open, pero aún así se quedó como número uno del mundo. Novak Djokovic avanzó en Shanghai no por dominar, sino por aguantar. El Atlético de Madrid entró al Mundial de Clubes 2025 porque su ranking lo permitió, mientras que el Barcelona se quedó fuera por una regla que nadie pide, pero todos respetan. En los cuartos de final, las reglas, los números y las emociones se mezclan hasta que solo queda uno que sigue adelante.

Y no es solo deporte. En Chile, el voto de migrantes, los cortes de agua en la Región Metropolitana o la polémica entre Catalina Pulido y Cecilia Bolocco también tienen sus propios cuartos de final: momentos en que se decide qué pasa después. La misma tensión, el mismo peso. Por eso, aquí encontrarás historias de tenistas que luchan por su lugar, equipos que juegan por su futuro, y hasta figuras de la farándula que enfrentan sus propias eliminatorias. Todo lo que pasa en esta fase, queda grabado. No hay segundas oportunidades. Solo lo que hiciste, y lo que hiciste bien.

Lo que sigue no son solo partidos. Son decisiones tomadas en el último segundo, en el último saque, en el último pase. Y cada una de ellas, cambia algo.