Futuro: qué se viene en deportes, política y sociedad en Chile y el mundo

El futuro, el conjunto de posibilidades que se construyen con decisiones actuales. Also known as lo que viene, it no es algo que pasa por sí solo: se define en las urnas, en los estadios, en los contratos y en las calles. En Chile, el futuro se está escribiendo ahora: desde quién puede votar hasta quién juega el Mundial de Clubes 2025. No es magia, es política, deporte y sociedad en acción.

El voto de migrantes, el derecho a participar en elecciones nacionales por personas que viven en el país pero no tienen nacionalidad chilena es uno de los puntos más calientes. El SERVEL cerró el padrón, pero el Gobierno intenta limitarlo. ¿Eso cambia el futuro político? Sí. Porque si no votan, no se escuchan. Y si no se escuchan, las decisiones no los representan. Esto no es solo una discusión legal: es sobre quién tiene voz en el país que todos habitan.

El futuro deportivo, las trayectorias que se definen por resultados, contratos y reglas que cambian sin aviso también se define en tiempo real. El Atlético de Madrid va al Mundial de Clubes 2025, y el Barcelona se queda fuera por una regla de la UEFA. No es por mejor equipo: es por ranking. Y en el tenis, Aryna Sabalenka pierde 20 victorias seguidas… pero sigue siendo número uno. El futuro no siempre es lo que esperas: a veces es lo que sobrevive. Mientras, Franco Colapinto termina 16.º en Singapur y su contrato con Alpine se vuelve una incógnita. ¿Qué pasa cuando el rendimiento no sigue la promesa? El futuro se desvanece rápido.

El Mundial de Clubes 2025, el torneo que define quién es el mejor club del mundo, y cómo se accede a él no es solo un trofeo: es un mapa de poder. Marruecos construye el estadio más grande del planeta para albergar la final. ¿Por qué? Porque el futuro del fútbol no está solo en Europa. Está en el norte de África, en Asia, en Sudamérica. Y en Chile, el futuro de los clubes se mide en sanciones de la FIFA: Barcelona SC no puede registrar jugadores nuevos por deudas. El futuro deportivo no se juega solo en el campo: se juega en las oficinas, en los tribunales, en los balances.

El futuro no es una predicción. Es la suma de lo que decidimos hoy. Si el INE lanza una encuesta para recoger datos de la comunidad LGBTIQ+ después de excluirlos del Censo, eso no es un gesto simbólico: es un cambio real en cómo se diseñarán políticas públicas. Si un técnico es despedido por una derrota, o si un actor rechaza volver a un personaje porque su historia ya terminó, eso también es futuro: decisiones que cierran puertas o las abren. Aquí no hay teorías vacías. Solo hechos reales, gente con nombres, equipos con historias, y reglas que cambian. Lo que ves en estas notas no es el pasado. Es el futuro que ya está aquí, y que nadie puede ignorar.